jueves, 15 de marzo de 2012

Los otros miembros del crisol de razas

Actualidad La inmigración en la Argentina está ligada a italianos y españoles, pero hay otros grupos que también dejan su impronta Los otros miembros del crisol de razas 22.01.2007 | Un grupo de ecuatorianos rescata la cultura ?afro?. Los alemanes, el deporte y el folclore. Los armenios sus oficios, y los indios muestran sus sabores. POR SERGIO LIMIROSKI Desde los tiempos de la conformación de la Argentina, inmigrantes de muchos rincones del mundo decidieron probar suerte en estas tierras. Trajeron sus costumbres, tradiciones y cultura, y ayudaron así a enriquecer a la sociedad del país. En Buenos Aires se estima que hay más de 50 colectividades que con su presencia ayudan a formar una sociedad cosmopolita y plural. Algunas, más tradicionales como pueden ser la italiana o la española, son muy conocidas. Pero hay muchas otras, algunas más nuevas o menos descubiertas, que también hacen su aporte a enriquecer al llamado ?crisol de razas?. ?AFRO? DESDE ECUADOR Cuando habla de su Ecuador natal, los ojos de Freda Montaño brillan haciendo honor al nombre de la provincia de la que es oriunda, Esmeraldas. Cuenta a La Prensa que llegó a la Argentina en 1993, junto a su grupo de danzas afroecuatorianas, Bejuco. Agrega que el grupo tenía una misión: recorrer los países de Latinoamérica donde hubo asentamientos negros y rescatar su cultura. Cruzó con su gente la cordillera desde Chile y en Buenos Aires quedó impactada por todo lo que había para investigar sobre aquellos antepasados que habían llegado como esclavos y tuvieron su participación destacada en la vida de la Colonia. Y se quedó. Actualmente Freda dirige el Complejo Intercultural Afroamericano, un lugar ubicado en el corazón de San Telmo, sobre la calle Defensa al 1400. Allí, en una casona que data de 1820, la mujer enseña danzas y se reúne con sus connacionales, además de dar a conocer las costumbres y comidas típicas de su país. Freda dice que entre los platos que turistas, porteños, ecuatorianos, ??y todos aquellos que se acercan a conocer la cultura Afro?? más disfrutan está el ??arroz con menestra y carne asada??, un plato similar a la feijoada brasileña, en base a porotos. Y además la carne frita con ?patacones?, unas pequeñas bananas trituradas. LA DISCRIMINACION Freda menciona que el 8 por ciento de la sociedad ecuatoriana es negra, y ha tenido que luchar mucho contra la discriminación. ??En mi infancia recuerdo comentarios de gente negra que prefería que sus hijos no se casaran con gente de su mismo color. Es tanto lo que sufrió que había una vergüenza, un no querer reconocerse??. La mujer dice que toma la discriminación ??como un hábito. Yo no le hago caso, es un problema del que discrimina??, y cuenta que en Buenos Aires no tuvo mayores problemas. Freda recuerda que llegó con su pequeña hija, -hoy una joven mujer que trabaja en un hotel cinco estrellas de Buenos Aires tras estudiar hotelería- con una ??mano atrás y otra adelante??, pero con esfuerzo y mucho trabajo logró establecerse. ??No fue fácil para mi hija acostumbrarse a la vida aquí??, señala. ??En Ecuador es muy común que tus vecinos se conviertan en tu familia. Salía a la calle y ya tenía a sus amigos. Acá es distinto??. Sobre la danza que enseña, la docente comenta que es frenética y muy contagiosa. Freda informa que entre estudiantes y otros que están radicados, la comunidad ecuatoriana en la Argentina está conformada por unas 7 mil personas. Y que entre un cinco y un seis por ciento de la población argentina es afrodescendiente. ??La cultura africana en la Argentina dejó su marca y tiene una descendencia importante. Ocurre que está algo negada y debe ser más investigada??. Montaño volvió recién este año de visita a Guayaquil, donde vivió veinte años. ??Allí dejé gran cantidad de amigos y familia, y se extraña. Pero en la Argentina siento que tengo mucho por hacer por mi cultura y mis connacionales, varios de los cuales se acercan aquí todos los domingos, formando una nueva familia. Así que por ahora sigo aquí??, confiesa. DE BAVIERA AL SUR Es imposible no tentarse a mirar por las ventanas en la sede del Club Alemán. Ocurre que el recinto se ubica en un piso veinticuatro de un alto edificio en el centro porteño. Desde allí se observa la ciudad como una miniatura, y las aguas que bañan la costa de puerto de Buenos Aires,

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